martes, 14 de octubre de 2014

O-Canyelles Haglöfs

11/10/2014

I’m a hunter beacons


Desde bien pequeño, y gracias a  los fin de semana que pasábamos en el terreno y más tarde en la Barquera, siempre me gustó corretear por en medio de la montaña, y acabar bien rebozado de tierra y hierbajos.

Con los años descubrí otra afición que me encantó: ir a buscar setas. Y como buen “caçador de bolets”, adentrarse en la montaña y dejarse envolver por sus sonidos y por su olor, sin importar las horas y pensando únicamente en encontrar el “gran rodal” de setas…la panacea para todo cazador ofuscado.

Y quién pudiera haber imaginado, que muy cerquita ya de mis cuarenta, encontraría una afición que uniera hacer el cabra por la montaña y buscar…balizas, que no setas?….Yes, I’m a hunter beacons! Cierto es que la recompensa no es la misma, porque hasta la fecha, y que yo sepa, nadie se lleva la baliza a casa para comérsela a la plancha con ajito y perejil…aunque tiempo al tiempo.

Esta vez nos reuníamos los tres magníficos...Parrator, Quim y un servidor, para disputar la penúltima carrera de la temporada, la O-Canyelles Haglöfs el pasado día 11 de octubre, con la baja de Xavi al que la parienta secuestró a traición para llevárselo a Roma, lejos de nuestras garras.

Terreno semi-conocido esta vez, por el que hemos circulado en BTT, por los alrededores de Canyelles y la urbanización de les Palmeres.

Una vez revisadas nuestras armas, activados los GPS y runtastics, y con el mapa de ruta en nuestra mente, salida en masa directos a por nuestro primer objetivo.

Después de localizar fácilmente la primera baliza, puesto que muchos grupos optaron por seguir este recorrido, tuvimos un primer despiste que hizo necesario que retrocediéramos sobre nuestros pasos para volver a ponernos en la ruta correcta.

Tras un inicio un tanto caótico, en el que mi mente entró en modo “Gump”, y una voz interior me decía una y otra vez “Corre Forrest! Corre!”, haciendo que en lo único que pensara fuera en avanzar y avanzar en cualquier dirección sin importar si era o no la correcta; solo la mente fría del Quimet supo poner calma y reconducirnos a la buena senda.

¡Cómo va de envenenada la people! Cuando llevábamos casi 2h de carrera y el cansancio empezaba a hacer mella,  a punto de localizar la baliza 92, la más lejana de todas las que íbamos a buscar...una voz que decía “compte que vinc”, sonó detrás de mí. Pensando que era el Quim al que le fallaban los frenos, me aparté ligeramente, y justo en ese instante, una silueta pasó por mi lado, bajando por la trialera resbaladiza por el agua del día anterior, y en apenas cinco segundos desapareció de nuestra vista…amigo, pronto comprobamos que era Ivan Artigas!

A ritmo de Seek & destroy la cesta se fue llenando poco a poco de balizas, y aunque tuvimos que dejar algunas por el camino, el planteamiento inicial de ir por el perímetro exterior recogiendo las más grandes y sabrosas tuvo su recompensa.


A falta de 30 minutos para las 3 horas, mi cuerpo empezó a dar síntomas de fatiga y la luz de reserva se me encendió, así que tocaba cambiar el mapa de motor, reducir el consumo de combustible y minimizar los daños en el chasis, que se empezaba a resentir por el fallo de la amortiguación del tren inferior (gemelo izquierdo).


Al final, después de un intento fallido por localizar la número 51, decidimos poner rumbo a meta, donde nos plantamos en 2h 57min, con la lengua fuera, las piernas haciendo chup-chup y muy pero que muy cansados.


La sensación final es que hicimos todo lo que podíamos hacer en nuestro estado físico. Si lo comparamos con el resto…pues un poco por debajo de la media de equipos y un 55% sobre el primero. Toca entrenar duro para la última si queremos mejorar, porque la peña está pero que muy on fire.

Parrator en su línea ascendente, y menos mal que en teoría estaba un poco flojo por un resfriado…Quimet aguantó como un jabato hasta el final, fue dosificando sus fuerzas desde el principio y supo no envenenarse en las subidas, para recuperar en las bajadas. Si tenemos en cuenta que no disputó la de Sant Pere de Ribes…le damos un más que aprobado en esta carrera.


Recompensa final al llegar a casa, quitarse la ropa, incluidas las gemeleras como buenamente se pueda, y meterse en la bañera con el agua bien calentita…como decía Janice de Friends…¡Oh Dios mío!








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