Aquí tenéis la crónica de la Matagalls-Montserrat del año pasado, cierto...tarde, pero mas vale tarde que nunca.
Introducción
Cuando
te planteas por primera vez hacer la Matagalls-Montserrat no eres consciente
realmente de lo que significa caminar 84km, y es solo cuando te imaginas
recorrer de portería a portería el Camp Nou 800 veces, o el Dragón Khan 66
veces, o cruzar el Ikea de Badalona un sábado, cuando te puedes llegar a hacer
una idea…o sea, un verdadero infierno!...y aún más si tienes en cuenta que lo
que se dice plano no es, sino mas bien una auténtica máquina destroza
articulaciones, con bajadas trialeras pensadas para el mismísimo Toni Bou,
subidas interminables y senderos que se deslizan por las regiones (traducción
del Google de “esmunyir per les contrades”)
por donde solo puede pasar una persona reptando, y todo ello con un desnivel
total acumulado de 5980m.
Un
factor muy importante para hacer mas llevadera la distancia es conocer el
recorrido de antemano. En nuestra aventura suicida del 2006 donde nos
retirábamos en el Km. 32,5, no teníamos ningún tipo de referencia anterior y el
resultado es ya conocido. Este año la verdad es que los kilómetros parecían
mantener las proporciones adecuadas, es decir, que cuando decía 5km para llegar
al próximo punto de control realmente eran 5km porque sabíamos más o menos por
dónde íbamos y el tipo de terreno que teníamos por delante.
Pero
este factor a nuestro favor se acabó a partir del Km. 32,5, naturalmente!!!...a
partir de ese punto se trataba de terreno aún no explorado por nuestras
piernas, y los kilómetros dejaban de ser kilómetros y se convertían en
eternidades que se alargaban como raíles del tren dilatándose en verano, como
una charla con Punset, como el desenlace psicodélico de 2001 Odisea en el
espacio, donde el final parece irremediablemente inalcanzable, y el universo se
expande para tender a infinito y superar el límite absurdo de la inteligencia
humana.